Constitución Mundial, Cambio Climático y Ley Dominical

Constitución Mundial, Cambio Climático y Ley Dominical (Video al final)

Apocalipsis 13 Reina-Valera Antigua (RVA)

13 Y YO me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos; y sobre sus cuernos diez diademas; y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia.
2 Y la bestia que vi, era semejante á un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dió su poder, y su trono, y grande potestad.
3 Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, y la llaga de su muerte fué curada: y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia.
4 Y adoraron al dragón que había dado la potestad á la bestia, y adoraron á la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante á la bestia, y quién podrá lidiar con ella?
5 Y le fué dada boca que hablaba grandes cosas y blasfemias: y le fué dada potencia de obrar cuarenta y dos meses.
6 Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y á los que moran en el cielo.
7 Y le fué dado hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También le fué dada potencia sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente.
8 Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fué muerto desde el principio del mundo.
9 Si alguno tiene oído, oiga.
10 El que lleva en cautividad, va en cautividad: el que á cuchillo matare, es necesario que á cuchillo sea muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes á los de un cordero, mas hablaba como un dragón.
12 Y ejerce todo el poder de la primera bestia en presencia de ella; y hace á la tierra y á los moradores de ella adorar la primera bestia, cuya llaga de muerte fué curada.
13 Y hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo á la tierra delante de los hombres.
14 Y engaña á los moradores de la tierra por las señales que le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando á los moradores de la tierra que hagan la imagen de la bestia que tiene la herida de cuchillo, y vivió.
15 Y le fué dado que diese espíritu á la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable; y hará que cualesquiera que no adoraren la imagen de la bestia sean muertos.
16 Y hacía que á todos, á los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusiese una marca en su mano derecha, ó en sus frentes:
17 Y que ninguno pudiese comprar ó vender, sino el que tuviera la señal, ó el nombre de la bestia, ó el número de su nombre.
18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia; porque es el número de hombre: y el número de ella, seiscientos sesenta y seis.

Apocalipsis 17:12-14 Reina-Valera Antigua (RVA)

12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aun no han recibido reino; mas tomarán potencia por una hora como reyes con la bestia.
13 Estos tienen un consejo, y darán su potencia y autoridad á la bestia.
14 Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es el Señor de los señores, y el Rey de los reyes: y los que están con él son llamados, y elegidos, y fieles.

Hasta ahora se ha solido considerar a los predicadores de las verdades del mensaje del tercer ángel como meros alarmistas. Sus predicciones de que la intolerancia religiosa adquiriría dominio en los Estados Unidos de Norteamérica, de que la Iglesia y el Estado se unirían en ese país para perseguir a los observadores de los mandamientos de Dios, han sido declaradas absurdas y sin fundamento… Pero, a medida que se va agitando más ampliamente la cuestión de la observancia obligatoria del domingo… el tercer mensaje producirá un efecto que no habría podido producir antes… MSV 177.3

Habrá hombres de fe y de oración que se sentirán impelidos a declarar con santo entusiasmo las palabras que Dios les inspire. Los pecados de Babilonia serán denunciados. Los resultados funestos y espantosos de la imposición de las observancias de la iglesia por la autoridad civil, las invasiones del espiritismo, los progresos secretos pero rápidos del poder papal, todo será desenmascarado. Estas solemnes amonestaciones conmoverán al pueblo… Cuando el pueblo acuda a sus antiguos conductores espirituales a preguntarles con ansia: ¿Son estas cosas así? los ministros aducirán fábulas, profetizarán cosas agradables para calmar los temores y tranquilizar las conciencias despertadas. Pero como muchas personas no se contentan con las meras razones de los hombres y exigen un positivo “Así dice Jehová”, los ministros populares, como los fariseos de antaño, airándose al ver que se pone en duda su autoridad, denunciarán el mensaje como si viniese de Satanás e incitarán a las multitudes dadas al pecado a que injurien y persigan a los que lo proclaman. MSV 177.4

Satanás se pondrá alerta al ver que la controversia se extiende a nuevos campos y que la atención del pueblo es dirigida a la pisoteada ley de Dios. El poder que acompaña a la proclamación del mensaje solo desesperará a los que se le oponen. El clero hará esfuerzos casi sobrehumanos para sofocar la luz por temor de que alumbre a sus rebaños. Por todos los medios a su alcance los ministros tratarán de evitar toda discusión sobre esas cuestiones vitales. La iglesia apelará al brazo poderoso de la autoridad civil y en esta obra los papistas y los protestantes irán unidos.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 663-665. MSV 178.1

Al par que se hace pasar ante los hijos de los hombres como un gran médico que puede curar todas sus enfermedades, Satanás producirá enfermedades y desastres al punto que ciudades populosas sean reducidas a ruinas y desolación. Ahora mismo está obrando. Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras y a ello siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción caerá sobre hombres y animales. “La tierra se pone de luto y se marchita”, “desfallece la gente encumbrada de la tierra. La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno”. Isaías 24:4, 5 (VM). CS 576.1

Y luego el gran engañador persuadirá a los hombres de que son los que sirven a Dios los que causan esos males. La parte de la humanidad que haya provocado el desagrado de Dios lo cargará a la cuenta de aquellos cuya obediencia a los mandamientos divinos es una reconvención perpetua para los transgresores. Se declarará que los hombres ofenden a Dios al violar el descanso del domingo; que este pecado ha atraído calamidades que no concluirán hasta que la observancia del domingo no sea estrictamente obligatoria; y que los que proclaman la vigencia del cuarto mandamiento, haciendo con ello que se pierda el respeto debido al domingo y rechazando el favor divino, turban al pueblo y alejan la prosperidad temporal. Y así se repetirá la acusación hecha antiguamente al siervo de Dios y por motivos de la misma índole: “Y sucedió, luego que Acab vio a Elías, que le dijo Acab: ¿Estás tú aquí, perturbador de Israel? A lo que respondió: No he perturbado yo a Israel, sino tú y la casa de tu padre, por haber dejado los mandamientos de Jehová, y haber seguido a los baales”. 1 Reyes 18:17, 18 (VM). Cuando con falsos cargos se haya despertado la ira del pueblo, este seguirá con los embajadores de Dios una conducta muy parecida a la que siguió el apóstata Israel con Elías. CS 576.2

El poder milagroso que se manifiesta en el espiritismo ejercerá su influencia en perjuicio de los que prefieren obedecer a Dios antes que a los hombres. Habrá comunicaciones de espíritus que declararán que Dios los envió para convencer de su error a los que rechazan el domingo y afirmarán que se debe obedecer a las leyes del país como a la ley de Dios. Lamentarán la gran maldad existente en el mundo y apoyarán el testimonio de los ministros de la religión en el sentido de que la degradación moral se debe a la profanación del domingo. Grande será la indignación despertada contra todos los que se nieguen a aceptar sus aseveraciones. CS 577.1

La política de Satanás en este conflicto final con el pueblo de Dios es la misma que la seguida por él al principio de la gran controversia en el cielo. Hacía como si procurase la estabilidad del gobierno divino, mientras que por lo bajo hacía cuanto podía por derribarlo y acusaba a los ángeles fieles de esa misma obra que estaba así tratando de realizar. La misma política de engaño caracteriza la historia de la iglesia romana. Ha profesado actuar como representante del cielo, mientras trataba de elevarse por encima de Dios y de mudar su ley. Bajo el reinado de Roma, los que sufrieron la muerte por causa de su fidelidad al evangelio fueron denunciados como malhechores; se los declaró en liga con Satanás, y se emplearon cuantos medios se pudo para cubrirlos de oprobio y hacerlos pasar ante los ojos del pueblo y ante ellos mismos por los más viles criminales. Otro tanto sucederá ahora. Mientras Satanás trata de destruir a los que honran la ley de Dios, los hará acusar como transgresores de la ley, como hombres que están deshonrando a Dios y atrayendo sus castigos sobre el mundo. CS 577.2

Dios no violenta nunca la conciencia; pero Satanás recurre constantemente a la violencia para dominar a aquellos a quienes no puede seducir de otro modo. Por medio del temor o de la fuerza procura regir la conciencia y hacerse tributar homenaje. Para conseguir esto, obra por medio de las autoridades religiosas y civiles y las induce a que impongan leyes humanas contrarias a la ley de Dios. CS 577.3

What is the image of the beast / Que es la imagen de la bestia

(Video with evidences at end)
(Vídeo con evidencias al final)

¨When the churches of our land, uniting upon such points of faith as are held by them in common, shall influence the State to enforce their decrees and sustain their institutions, then will Protestant America have formed an image of the Roman hierarchy.¨ Spirit of Prophecy, vol 4, p 278.

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Maranatha, Página 164
The Image to the Beast Set Up, June 5

[He] deceiveth them that dwell on the earth by the means of those miracles which he had power to do in the sight of the beast; saying to them that dwell on the earth, that they should make an image to the beast. Revelation 13:14. Mar 164.1

The image of the beast will be formed before probation closes; for it is to be the great test for the people of God, by which their eternal destiny will be decided…. Mar 164.2

In Revelation 13 this subject is plainly presented: “I beheld another beast coming up out of the earth; and he had two horns like a lamb, and he spake as a dragon. And he exerciseth all the power of the first beast before him, and causeth the earth and them which dwell therein to worship the first beast, whose deadly wound was healed.” Then the miracle-working power is revealed: “And deceiveth them that dwell on the earth by the means of those miracles which he had power to do in the sight of the beast; saying to them that dwell on the earth, that they should make an image to the beast, which had the wound by a sword, and did live. And he had power to give life unto the image of the beast, that the image of the beast should both speak, and cause that as many as would not worship the image of the beast should be killed. And he causeth all, both small and great, rich and poor, free and bond, to receive a mark in their right hand, or in their foreheads: And that no man might buy or sell, save he that had the mark, or the name of the beast, or the number of his name.” Mar 164.3

This is the test that the people of God must have before they are sealed. All who prove their loyalty to God by observing His law, and refusing to accept a spurious sabbath, will rank under the banner of the Lord God Jehovah, and will receive the seal of the living God. Those who yield the truth of heavenly origin, and accept the Sunday sabbath, will receive the mark of the beast…. Mar 164.4

While John was shown the last great struggles of the church with earthly powers, he was also permitted to behold the final victory and deliverance of the faithful…. Looking beyond the smoke and din of the battle, he beheld a company upon Mount Zion with the Lamb, having, instead of the mark of the beast, the “Father’s name written in their foreheads.” Mar 164.5

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Maranatha, Página 169
How the Image to the Beast Evolves, June 10

He exerciseth all the power of the first beast before him, and causeth the earth and them which dwell therein to worship the first beast, whose deadly wound was healed. Revelation 13:12. Mar 169.1

In order for the United States to form an image of the beast, the religious power must so control the civil government that the authority of the state will also be employed by the church to accomplish her own ends…. Mar 169.2

The “image to the beast” represents that form of apostate Protestantism which will be developed when the Protestant churches shall seek the aid of the civil power for the enforcement of their dogmas…. Mar 169.3

When Sunday observance shall be enforced by law, and the world shall be enlightened concerning the obligation of the true Sabbath, then whoever shall transgress the command of God, to obey a precept which has no higher authority than that of Rome, will thereby honor popery above God. He is paying homage to Rome and to the power which enforces the institution ordained by Rome. He is worshiping the beast and his image. As men then reject the institution which God has declared to be the sign of His authority, and honor in its stead that which Rome has chosen as the token of her supremacy, they will thereby accept the sign of allegiance to Rome—“the mark of the beast.” And it is not until the issue is thus plainly set before the people, and they are brought to choose between the commandments of God and the commandments of men, that those who continue in transgression will receive “the mark of the beast.”… Mar 169.4

In the issue of the contest all Christendom will be divided into two great classes—those who keep the commandments of God and the faith of Jesus, and those who worship the beast and his image and receive his mark. Although church and state will unite their power to compel “all, both small and great, rich and poor, free and bond” (Revelation 13:16), to receive “the mark of the beast,” yet the people of God will not receive it. The prophet of Patmos beholds “them that had gotten the victory over the beast, and over his image, and over his mark, and over the number of his name, stand on the sea of glass, having the harps of God” and singing the song of Moses and the Lamb. Revelation 15:2, 3. Mar 169.5

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Maranatha, Página 190
July
The Threefold Union of Religion, July 1

And I saw three unclean spirits like frogs come out of the mouth of the dragon, and out of the mouth of the beast, and out of the mouth of the false prophet. For they are the spirits of devils, working miracles, which go forth unto the kings of the earth and of the whole world, to gather them to the battle of that great day of God Almighty. Revelation 16:13, 14. Mar 190.1

By the decree enforcing the institution of the papacy in violation of the law of God, our nation [the United States] will disconnect herself fully from righteousness. When Protestantism shall stretch her hand across the gulf to grasp the hand of the Roman power, when she shall reach over the abyss to clasp hands with spiritualism, when, under the influence of this threefold union, our country shall repudiate every principle of its Constitution as a Protestant and republican government, and shall make provision for the propagation of papal falsehoods and delusions, then we may know that the time has come for the marvelous working of Satan and that the end is near. Mar 190.2

Through the two great errors, the immortality of the soul and Sunday sacredness, Satan will bring the people under his deceptions. While the former lays the foundation of spiritualism, the latter creates a bond of sympathy with Rome. The Protestants of the United States will be foremost in stretching their hands across the gulf to grasp the hand of spiritualism; they will reach over the abyss to clasp hands with the Roman power; and under the influence of this threefold union, this country will follow in the steps of Rome in trampling on the rights of conscience…. Mar 190.3

Papists, Protestants, and worldling will alike accept the form of godliness without the power, and they will see in this union a grand movement for the conversion of the world and the ushering in of the long-expected millennium. Mar 190.4

When our nation [the United States] shall so abjure the principles of its government as to enact a Sunday law, Protestantism will in this act join hands with popery; it will be nothing else than giving life to the tyranny which has long been eagerly watching its opportunity to spring again into active despotism. Mar 190.5

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Revelation 18:1-5 King James Version (KJV)

18 And after these things I saw another angel come down from heaven, having great power; and the earth was lightened with his glory.
2 And he cried mightily with a strong voice, saying, Babylon the great is fallen, is fallen, and is become the habitation of devils, and the hold of every foul spirit, and a cage of every unclean and hateful bird.
3 For all nations have drunk of the wine of the wrath of her fornication, and the kings of the earth have committed fornication with her, and the merchants of the earth are waxed rich through the abundance of her delicacies.
4 And I heard another voice from heaven, saying, Come out of her, my people, that ye be not partakers of her sins, and that ye receive not of her plagues.
5 For her sins have reached unto heaven, and God hath remembered her iniquities.

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En Español:

“Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos uniendose en puntos comunes de doctrina, influyan sobre el estado para que se impongan los decretos y las instituciones de ellas, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía Romana.” Spirit of Prophecy, vol 4, p 278.

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¡Maranata: El Senor Viene!, Página 162
Se entroniza la imagen de la bestia, 5 de junio

Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia. Apocalipsis 13:14. MSV76 162.1

La imagen de la bestia será formada antes que termine el tiempo de gracia, porque constituirá la gran prueba para el pueblo de Dios, por medio de la cual se decidirá su destino eterno… MSV76 162.2

En Apocalipsis 13 se presenta con claridad este asunto: “Vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada”. Entonces se revela el poder milagroso: “Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”. Apocalipsis 13:11-17. MSV76 162.3

Esta es la prueba por la que deben pasar los hijos de Dios antes de ser sellados. Todos los que demuestren su lealtad a Dios mediante la observancia de su ley y negándose a aceptar un falso día de reposo, se alistarán bajo la bandera del Señor Dios Jehová y recibirán el sello del Dios viviente. Los que renuncien a la verdad de origen celestial y acepten el descanso dominical, recibirán la marca de la bestia.13Carta 11g, 1890. MSV76 162.4

Mientras se le mostraban a Juan las últimas grandes luchas de la iglesia con las potencias terrenales, también se le permitió contemplar la victoria final y la liberación de los fieles… Mirando más allá del humo y el estruendo de la batalla, contempló a una hueste sobre el monte de Sion con el Cordero, llevando, en vez de la marca de la bestia, “el nombre… de su Padre escrito en la frente”. Apocalipsis 14:1.14Joyas de los Testimonios 2:351. MSV76 162.5

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¡Maranata: El Senor Viene!, Página 167
El surgimiento de la imagen de la bestia, 10 de junio

Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. Apocalipsis 13:12. MSV76 167.1

Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines… MSV76 167.2

La “imagen de la bestia” representa la forma de protestantismo apóstata que se desarrollará cuando las iglesias protestantes busquen la ayuda del poder civil para la imposición de sus dogmas… MSV76 167.3

Cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y el mundo sea ilustrado respecto a la obligación del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios; rendirá homenaje a Roma y al poder que impone la institución establecida por Roma; adorará la bestia y su imagen. Cuando los hombres rechacen entonces la institución que Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su lugar lo que Roma escogió como signo de su supremacía, aceptarán de hecho el signo de la sumisión a Roma, “la marca de la bestia”. Y sólo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a escoger entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la transgresión recibirán “la marca de la bestia”… MSV76 167.4

Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos grandes categorías: Los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y los que adoran a la bestia y su imagen, y reciben su marca. Si bien la iglesia y el estado se unirán para obligar a “todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como esclavos”, a que tengan “la marca de la bestia” (Apocalipsis 13:16 (VM)), el pueblo de Dios no la tendrá. El profeta de Patmos vio que “los que habían salido victoriosos de la prueba de la bestia, y de su imagen, y del número de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio, teniendo arpas de Dios”, y cantaban el cántico de Moisés y del Cordero. Apocalipsis 15:2, 3 (VM).27Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 496-503. MSV76 167.5

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¡Maranata: El Senor Viene!, Página 188
Julio—La gran tribulación

La triple unión religiosa, 1 de julio

Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. Apocalipsis 16:13, 14. MSV76 188.1

Por el decreto que imponga la institución del papado en violación de la ley de Dios, nuestra nación [los Estados Unidos de América] se separará completamente de la justicia. Cuando el protestantismo extienda la mano a través del abismo para asir la mano del poder romano, cuando se incline por encima del abismo para darse la mano con el espiritismo, cuando, bajo la influencia de esta triple unión, nuestro país repudie todo principio de su constitución como gobierno protestante y republicano, y haga provisión para la propagación de las mentiras y seducciones papales, entonces sabremos que ha llegado el tiempo en que se verá la asombrosa obra de Satanás, y que el fin está cerca.1Joyas de los Testimonios 2:151. MSV76 188.2

Merced a los dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo, Satanás prenderá a los hombres en sus redes. Mientras aquél forma la base del espiritismo, éste crea un lazo de simpatía con Roma. Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al poder romano; y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma, pisoteando los derechos de la conciencia.2Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 645. MSV76 188.3

Los papistas, los protestantes y los mundanos aceptarán igualmente la forma de la piedad sin el poder de ella, y verán en esta unión un gran movimiento para la conversión del mundo y el comienzo del milenio tan largamente esperado.3Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 646. MSV76 188.4

Cuando nuestra nación [los Estados Unidos] abjure de tal manera los principios de su gobierno que promulgue una ley dominical, en este acto el protestantismo dará la mano al papismo; y con ello recobrará vida la tiranía que durante largo tiempo ha estado aguardando ávidamente su oportunidad de resurgir en activo despotismo.4Joyas de los Testimonios 2:318, 319 MSV76 188.5

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Apocalipsis 18:1-5 Reina-Valera Antigua (RVA)

18 Y DESPUÉS de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia; y la tierra fué alumbrada de su gloria.
2 Y clamó con fortaleza en alta voz, diciendo: Caída es, caída es la grande Babilonia, y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de todas aves sucias y aborrecibles.
3 Porque todas las gentes han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites.
4 Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas;
5 Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.

About Spiritual Gifts / Sobre los dones espirituales

(In Spanish below),

This introduction of the part of “The Spiritual Gifts” of Early Writings,
Was written by R. F. Cottrell, pages 133-144. Although I also found a negative comment on Cottrell, that does not mean that what is written by him in Early Writings is false.
The negative I found says:
“It is sad to say that some of these” veterans “were not receptive to the growing light of 1888. That insistence that the 1888 message was not a new light was the familiar badge of the opposition of that time. Not long after the Minneapolis assembly, R. F. Cottrell wrote an article for the Review Attacking the 1888 message, asking: “Where is the New Rupture?” (HR, 22 April
1890). W. H. Littlejohn also attacked the message with an article on January 16, 1894, titled, “Justification For Faith Is Not New Doctrine.” They both failed to recognize what was happening in his days – the initiation of the latter rain.¨ 1888 RE-EXAMINED p. 59 (digital in spanish).

Introduction in english (from Spiritual Gifts):
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Spiritual Gifts
TABLE OF CONTENTS
[R. F. Cottrell]

Spiritual Gifts, Vol. 1
Introduction

The gift of prophecy was manifested in the church during the Jewish dispensation. If it disappeared for a few centuries, on account of the corrupt state of the church toward the close of that dispensation, it reappeared at its close to usher in the Messiah. Zacharias, the father of John the Baptist, “was filled with the Holy Ghost, and prophesied.” Simeon, a just and devout man who was “waiting for the consolation of Israel,” came by the Spirit into the temple, and prophesied of Jesus as “a light to lighten the Gentiles, and the glory of Thy people Israel”; and Anna, a prophetess, “spake of Him to all them that looked for redemption in Jerusalem.” And there was no greater prophet than John the Baptist, who was chosen of God to introduce to Israel “the Lamb of God, which taketh away the sin of the world.” EW 133.1
The Christian age commenced with the outpouring of the Spirit, and a great variety of spiritual gifts was manifested among the believers. These were so abundant that Paul could say to the Corinthian church, “The manifestation of the Spirit is given to every man to profit withal”—to every man in the church, not to every man in the world, as many have applied it. EW 133.2
Since the great apostasy, these gifts have rarely been manifested; and this is probably the reason why professed Christians generally believe that they were limited to the period of the primitive church. But is it not on account of the errors and unbelief of the church that the gifts have ceased? And when the people of God shall attain to primitive faith and practice, as they certainly will by the proclamation of the commandments of God and the faith of Jesus, will not “the latter rain” Again develop the gifts? Reasoning from analogy we should expect it. Notwithstanding the apostasies of the Jewish age, it opened and closed with special manifestations of the Spirit of God. And it is unreasonable to suppose that the Christian age—the light of which, compared with the former dispensation, is as the light of the sun compared with the feeble rays of the moon—should commence in glory and close in obscurity. And since a special work of the Spirit was necessary to prepare a people for the first advent of Christ, how much more so for the second; especially since the last days were to be perilous beyond all precedent, and false prophets were to have power to show great signs and wonders, insomuch that, if it were possible, they should deceive the very elect. But to the Scriptures of truth: EW 133.3
“And He said unto them, Go ye into all the world, and preach the gospel to every creature. He that believeth and is baptized shall be saved; but he that believeth not shall be damned. And these signs shall follow them that believe: In My name shall they cast out devils; they shall speak with new tongues; they shall take up serpents; and if they drink any deadly thing, it shall not hurt them; they shall lay hands on the sick, and they shall recover.” Mark 16:15-18. EW 134.1
Campbell’s translation says, “These miraculous powers shall attend the believers.” The gifts were not confined to the apostles, but extended to the believers. Who will have them? Those that believe. How long? There is no limitation; the promise runs parallel with the great commission to preach the gospel and reaches the last believer. EW 134.2
But it is objected that this aid was promised only to the apostles and to those who believed through their preaching; that they fulfilled the commission, established the gospel, and that the gifts ceased with that generation. Let us see if the great commission ended with that generation. Matthew 28:19, 20. “Go ye therefore, and teach all nations, baptizing them in the name of the Father, and of the Son, and of the Holy Ghost: teaching them to observe all things whatsoever I have commanded you: and, lo, I am with you alway, even unto the end of the world.” EW 134.3
That the preaching of the gospel under this commission did not end with the primitive church is evident from the promise, “I am with you alway, even unto the end of the world.” He does not say, I am with you, apostles, everywhere, even to the ends of the earth; but I am with you always, to the end of the world, or age. It will not do to say that the Jewish age is meant, for that had already ended at the cross. I conclude, then, that the preaching and the belief of the primitive gospel will always be attended with the same spiritual aid. The apostles’ commission belonged to the Christian age, and embraced the whole of it. Consequently the gifts were lost only through apostasy, and will be revived with the revival of primitive faith and practice. EW 135.1
In 1 Corinthians 12:28, we are informed that God hath set, placed, or fixed, certain spiritual gifts in the church. In the absence of any scriptural proof that He has removed or abolished them, we must conclude that they were intended to remain. Where is the proof then that they are abolished? In the same chapter where the Jewish Sabbath is abolished, and the Christian Sabbath instituted—a chapter in the acts of the mystery of iniquity and the man of sin. But the objector claims Bible proof that gifts were to cease, contained in the following text: “Charity never faileth: but whether there be prophecies, they shall fail; whether there be tongues, they shall cease; whether there be knowledge, it shall vanish away. For we know in part, and we prophesy in part. But when that which is perfect is come, then that which is in part
shall be done away. When I was a child, I spake as a child, I understood as a child, I thought as a child: But when I became a man, I put away childish things. For now we see through a glass, darkly; but then face to face: Now I know in part; but then shall I know even as also I am known. And now abideth faith, hope, charity.” 1 Corinthians 13:8-13. EW 135.2
This text does foretell the cessation of spiritual gifts, also of faith and hope. But when were they to cease? We still look forward to the time when— EW 136.1
“Hope shall change to glad fruition, faith to sight, and prayer to praise.” EW 136
They are to cease when that which is perfect is come, when we shall no longer see through a glass darkly, but face to face. The perfect day, when the just are made perfect and see as they are seen, is yet in the future. It is true that the man of sin, when arrived at manhood, had put away such “childish things” as prophecies, tongues, and knowledge, and also the faith, hope, and charity of the primitive Christians. But there is nothing in the text to show that God designed to take away the gifts which he had set in the church, till the consummation of her faith and hope, till the surpassing glory of the immortal state should eclipse the most brilliant displays of spiritual power and knowledge ever manifested in this mortal state. EW 136.2
The objection founded upon 2 Timothy 3:16, which some have gravely presented, deserves no more than a passing remark. If Paul, in saying that the Scriptures are to make the man of God perfect, thoroughly furnished unto all good works, meant that nothing more should be written by inspiration, why was he at that moment adding to those Scriptures? At least why did he not drop the pen as soon as that sentence was written? And why did John, thirty years afterward, write the book of Revelation? This book contains another text which is quoted to prove the abolition of spiritual gifts. EW 136.3
“For I testify unto every man that heareth the words of the prophecy of this book, if any man shall add unto these things, God shall add unto him the plagues that are written in this book: And if any man shall take away from the words of the book of this prophecy, God shall take away his part out of the book of life, and out of the Holy City, and from the things which are written in this book.” Revelation 22:18, 19. EW 137.1
From this text it is claimed that God, who at sundry times and in divers manners spake in time past to the fathers by the prophets, and, in the commencement of the gospel day, by Jesus and His apostles, has hereby solemnly promised never to communicate anything more to man in that way. Therefore all prophesying after this date must be false. This, it is said, closes the canon of inspiration. If so, why did John write his gospel after his return from Patmos to Ephesus? In doing so did he add to the words of the prophecy of that book written in the isle of Patmos? It is evident, from the text, that the caution against adding to, or taking from, refers not to the Bible as we have the volume compiled, but to the separate book of Revelation, as it came from the hand of the apostle. Yet no man has a right to add to, or subtract from, any other book written by inspiration of God. Did John, in writing the book of Revelation, add anything to the book of Daniel’s prophecy? Not at all. A prophet has no right to alter the word of God. But the visions of John corroborate those of Daniel and give much additional light upon the subjects there introduced. I conclude, then, that the Lord has not bound Himself to keep silence, but is still at liberty to speak. Ever be it the language of my heart, Speak, Lord, through whom Thou wilt; Thy servant heareth. EW 137.2
Thus the attempt to prove from Scripture the abolition of spiritual gifts, proves a total failure. And since the gates of hades have not prevailed against the church, but God still has a people on earth, we may look for the development of the gifts in connection with the third angel’s message, a message which will bring back the church to apostolic ground and make it indeed the light—not darkness—of the world. EW 137.3
Again: we are forewarned that there would be false prophets in the last days, and the Bible gives a test by which to try their teachings in order that we may distinguish between the true and the false. The grand test is the law of God, which is applied both to the prophesyings and to the moral character of the prophets. If there were to be no true prophesyings in the last days, how much easier to have stated the fact, and thus cut off all chance for deception, than to give a test by which to try them, as if there would be the genuine as well as the false. EW 138.1
In Isaiah 8:19, 20, is a prophecy of the familiar spirits of the present time, and the law is given as a test: “To the law and to the testimony: if they speak not according to this word, it is because there is no light in them.” Why say, “If they speak not,” if there was to be no true spiritual manifestation or prophesying at the same time? Jesus says, “Beware of false prophets…. Ye shall know them by their fruits.” Matthew 7:15, 16. This is a part of the Sermon on the Mount, and all can see that this discourse has a general application to the church through the gospel age. False prophets are to be known by their fruits; in other words, by their moral character. The only standard by which to determine whether their fruits are good or bad, is the law of God. Thus we are brought to the law and to the testimony. True prophets will not only speak according to this word, but they will live according to it. One who speaks and lives thus, I dare not condemn. EW 138.2
It has always been a characteristic of false prophets that they see visions of peace; and they will be saying, “Peace and safety,” when sudden destruction comes upon them. The true will boldly reprove sin and warn of coming wrath. EW 139.1
Prophesyings which contradict the plain and positive declarations of the Word, are to be rejected. Thus our Saviour taught His disciples when He warned them concerning the manner of His second coming. When Jesus ascended to heaven in the sight of His disciples, it was declared most explicitly by the angels that this same Jesus should so come in like manner as they had seen Him go into heaven. Hence Jesus, in predicting the work of the false prophets of the last days, says, “If they shall say unto you, behold, He is in the desert; go not forth: Behold, He is in the secret chambers, believe it not.” All true prophesying on that point must recognize His visible coming from heaven. Why did not Jesus say, reject all prophesying at that time; for there will be no true prophets then? EW 139.2
“And He gave some, apostles; and some, prophets; and some, evangelists; and some, pastors and teachers; for the perfecting of the saints, for the work of the ministry, for the edifying of the body of Christ: till we all come in the unity of the faith, and of the knowledge of the Son of God, unto a perfect man, unto the measure of the stature of the fullness of Christ.” Ephesians 4:11-13. EW 139.3
We learn from a previous verse that when Christ ascended up on high, He gave gifts unto men. Among these gifts are enumerated apostles, prophets, evangelists, pastors, and teachers. The object for which they were given was the perfecting of the saints in unity and knowledge. Some who profess to be pastors and teachers at the present day hold that these gifts fully accomplished their object some eighteen hundred years ago, and consequently ceased. Why not then throw aside their titles of pastors and teachers? If the office of prophet is by this text limited to the primitive church, so is that of the evangelist—and all the rest; for no distinction is made. EW 139.4
Now let us reason a moment upon this point. All these gifts were given for the perfecting of the saints in unity, knowledge, and spirit. Under their influence the primitive church for a time enjoyed that unity: “The multitude of them that believed were of one heart and of one soul.” And it seems a natural consequence of this state of unity, that “with great power gave the apostles witness of the resurrection of the Lord Jesus: And great grace was upon them all.” Acts 4:31-33. How desirable such a state of things now! But apostasy with its dividing and blighting influence marred the beauty of the fair church and clothed her in sackcloth. Division and disorder have been the result. Never was there so great a diversity of faith in Christendom as at the present day. If the gifts were necessary to preserve the unity of the primitive church, how much more so to restore unity now! And that it is the purpose of God to restore the unity of the church in the last days, is abundantly evident from the prophecies. We are assured that the watchmen shall see eye to eye, when the Lord shall bring again Zion. Also, that in the time of the end the wise shall understand. When this is fulfilled there will be unity of faith with all whom God accounts wise; for those that do in reality understand aright, must necessarily understand alike. What is to effect this unity but the gifts that were given for this very purpose? EW 140.1
From considerations like these, it is evident that the perfect state of the church here predicted is still in the future; consequently these gifts have not yet accomplished their purpose. This letter to the Ephesians
was written in A.D. 64, about two years before Paul told Timothy that he was ready to be offered, and the time of his departure was at hand. The seeds of the apostasy were now germinating in the church, for Paul had said ten years before, in his second letter to the Thessalonians, “The mystery of iniquity doth already work.” Grievous wolves were now about to enter in, not sparing the flock. The church was not then rising and advancing to that perfection in unity contemplated in the text, but was about to be torn by factions and distracted by divisions. The apostle knew this; consequently he must have looked beyond the great apostasy, to the period of the gathering of the remnant of God’s people, when he said, “Till we all come into [margin] the unity of the faith.” Ephesians 4:13. Hence the gifts that were set in the church have not yet served out their time. EW 140.2
“Quench not the Spirit. Despise not prophesyings. Prove all things; hold fast that which is good.” 1 Thessalonians 5:19-21. EW 141.1
In this epistle the apostle introduces the subject of the second coming of the Lord. He then describes the state of the unbelieving world at that time, who are saying, “Peace and safety,” when the day of the Lord is about to burst upon them, and sudden destruction come upon them as a thief in the night. He then exhorts the church, in view of these things, to keep awake, to watch and be sober. Among the exhortations that follow are the words we have quoted, “Quench not the Spirit,” etc. Some may think that these three verses are completely detached from one another in sense; but they have a natural connection in the order in which they stand. The person who quenches the Spirit will be left to despise prophesyings, which are the legitimate fruit of the Spirit. “I will pour out My Spirit upon all flesh; and your sons and your daughters shall prophesy.” Joel 2:28. The expression, “Prove all things,” is limited to the subject of discourse, prophesyings, and we are to try the spirits by the tests which God has given us in His Word. Spiritual deceptions and false prophesyings abound at the present time; and doubtless this text has a special application here. But mark, the apostle does not say, Reject all things; but, Prove all things; Hold fast that which is good. EW 141.2
“And it shall come to pass afterward, that I will pour out My Spirit upon all flesh; and your sons and your daughters shall prophesy, your old men shall dream dreams, your young men shall see visions; and also upon the servants and upon the handmaids in those days will I pour out My Spirit. And I will show wonders in the heavens and in the earth, blood, and fire, and pillars of smoke. The sun shall be turned into darkness, and the moon into blood, before the great and the terrible day of the Lord come. And it shall come to pass, that whosoever shall call on the name of the Lord shall be delivered: For in Mount Zion and in Jerusalem shall be deliverance, as the Lord hath said, and in the remnant whom the Lord shall call.” Joel 2:28-32. EW 142.1
This prophecy of Joel, which speaks of the outpouring of the Holy Spirit in the last days, was not all fulfilled at the beginning of the gospel dispensation. This is evident from the wonders in heaven and in earth, introduced in this text, which were to be precursors of “The great and terrible day of the Lord.” though we have had the signs, that terrible day is still in the future. The whole gospel dispensation may be called the last days, but to say that the last days are all 1800 years in the past, is absurd. They reach to the day of the Lord and to the deliverance of the remnant of God’s people: “For in Mount Zion and in Jerusalem shall be deliverance, as the Lord hath said, and in the remnant whom the Lord shall call.” EW 142.2
This remnant, existing amid the signs and wonders that usher in the great and terrible day of the Lord, is doubtless the remnant of the seed of the woman spoken of in Revelation 12:17—the last generation of the church on earth. “And the dragon was wroth with the woman, and went to make war with the remnant of her seed, which keep the commandments of God, and have the testimony of Jesus Christ.” EW 143.1
The remnant of the gospel church will have the gifts. War will be waged against them because they keep the commandments of God and have the testimony of Jesus Christ. (Revelation 12:17.) In Revelation 19:10, the testimony of Jesus is defined to be the spirit of prophecy. Said the angel, “I am thy fellow servant, and of thy brethren that have the testimony of Jesus.” In Revelation 22:9, he repeats the same in substance, as follows: “I am thy fellow servant, and of thy brethren the prophets.” From the comparison we see the force of the expression, “The testimony of Jesus is the spirit of prophecy.” But the testimony of Jesus includes all the gifts of that one Spirit. Says Paul: “I thank my God always on your behalf, for the grace of God which is given you by Jesus Christ; that in everything ye are enriched by Him, in all utterance, and in all knowledge; even as the testimony of Christ was confirmed in you: So that ye come behind in no gift; waiting for the coming of our Lord Jesus Christ.” 1 Corinthians 1:4-7. The testimony of Christ was confirmed in the Corinthian church; and what was the result? They came behind in no gift. Are we not justified, then, in the conclusion that when the remnant are fully confirmed in the testimony of Jesus, they will come behind in no gift, waiting for the coming of our Lord Jesus Christ? EW 143.2
Roswell F. Cottrell EW 143

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Presently an angel bade me rise, and the sight that met my eyes can hardly be described. Before me was a company whose hair and garments were torn, and whose countenances were the very picture of despair and horror. They came close to me and rubbed their garments upon mine. As I looked at my garments I saw that they were stained with blood. Again I fell like one dead at the feet of my accompanying angel. I could not plead one excuse and longed to be away from that holy place. The angel raised me to my feet and said: “This is not your case now, but this scene has passed before you to let you know what your situation must be if you neglect to declare to others what the Lord has revealed to you.” With this solemn warning before me I went out to speak to the people the words of reproof and instruction given me of God. 2TT 272.2
The messages given me for different individuals I often wrote out for them, in many cases doing this at their urgent request. As my work extended, this became an important and taxing part of my labors. Before the publication of Testimony 15 [1868], many requests for written testimonies were sent me by those whom I had counseled or reproved; but I was in a state of great exhaustion from wearing labor, and I shrank from the task, especially since I knew that many of these persons were very unworthy, and there seemed little hope that the warnings given would work any decided change in them. At that time I was greatly encouraged by the following dream: 2TT 272.3
A person brought to me a web of white cloth, and bade me cut it into garments for persons of all sizes and all descriptions of character and circumstances in life. I was told to cut them out and hang them up all ready to be made when called for. I had the impression that many for whom I was required to cut garments were unworthy. I inquired if that was the last piece of cloth I should have to cut and was told that it was not; that as soon as I had finished this one, there were others for me to take hold of. I felt discouraged at the amount of work before me and stated that I had been engaged in cutting garments for others for more than twenty years, and my labors had not been appreciated, neither did I see that my work had accomplished much good. I spoke to the person who brought the cloth to me, of one woman in particular, for whom he had told me to cut a garment. I stated that she would not prize the garment and that it would be a loss of time and material to present it to her. She was very poor, of inferior intellect, and untidy in her habits, and would soon soil it. 2TT 273.1
The person replied. “Cut out the garments. That is your duty. The loss is not yours, but mine. God sees not as man sees. He lays out the work that He would have done, and you do not know which will prosper, this or that.” … 2TT 273.2
I then held up my hands, calloused as they were with long use of the shears, and stated that I could but shrink at the thought of pursuing this kind of labor. The person again repeated: 2TT 273.3
“Cut out the garments. Your release has not yet come.” 2TT 273.4
With feelings of great weariness I arose to engage in the work. Before me lay new, polished shears, which I commenced using. At once my feelings of weariness and discouragement left me, the shears seemed to cut with hardly an effort on my part, and I cut out garment after garment with comparative ease. 2TT 274.1
There are many dreams arising from the common things of life with which the Spirit of God has nothing to do. There are also false dreams, as well as false visions, which are inspired by the spirit of Satan. But dreams from the Lord are classed in the word of God with visions and are as truly the fruits of the spirit of prophecy as visions. Such dreams, taking into the account the persons who have them, and the circumstances under which they are given, contain their own proofs of their genuineness. 2TT 274.2
Since the warning and instruction given in testimony for individual cases applied with equal force to many others who had not been specially pointed out in this manner, it seemed to be my duty to publish the personal testimonies for the benefit of the church. In Testimony 15, speaking of the necessity for doing this, I said: “I know of no better way to present my views of general dangers and errors, and the duty of all who love God and keep His commandments, than by giving these testimonies. Perhaps there is no more direct and forcible way of presenting what the Lord has shown me.” 2TT 274.3
In a vision given me June 12, 1868, I was shown that which fully justified my course in publishing personal testimonies. When the Lord singles out individual cases and specifies their wrongs, others, who have not been shown in vision, frequently take it for granted that they are right, or nearly so. If one is reproved for a special wrong, brethren and sisters should carefully examine themselves to see wherein they have failed and wherein they have been guilty of the same sin. They should possess the spirit of humble confession. If others think them right, it does not make them so. God looks at the heart. He is proving and testing souls in this manner. In rebuking the wrongs of one, He designs to correct many. But if they fail to take the reproof to themselves, and flatter themselves that God passes over their errors because He does not especially single them out, they deceive their own souls and will be shut up in darkness and be left to their own ways to follow the imagination of their own hearts. 2TT 274.4
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APPENDIX 1

THE TWO ARTICLES IN THIS APPENDIX, “THE PROPHETIC GIFT” AND “TESTED BY THE WORD,” WERE WRITTEN BY PASTORS R. W. MUNSON AND D. E. ROBINSON, IN THE AUTUMN OF 1914.

The Prophetic Gift

Portions of that appendix of CHRISTIAN EXPERIENCE AND TEACHINGS OF ELLEN G. WHITE:

But the scriptures, while foretelling this dreadful apostasy, also plainly teach that just before the second coming of Christ, many will be rescued from the darkness of error and superstition. Once more the earth is to be lightened by the glory of God. The pure truths of the Bible are to shine forth. And in this time of heavenly illumination marking the approaching end of the age, the gifts of the Spirit are again to be manifest in the true church. “It shall come to pass in the last days, saith God, I will pour out of My Spirit upon all flesh: and your sons and your daughters shall prophesy, and your young men shall see visions, and your old men shall dream dreams: and on My servants and on My handmaidens I will pour out in those days of My Spirit; and they shall prophesy.” Acts 2:17, 18; Joel 2:28, 29. CET 242.2 (Christian Experience and Teachings of Ellen G. White)

The prophetic gift is not limited to any one age. Early in the inspired record we find instances of its manifestation. Enoch, the seventh from Adam, was a prophet. Looking down through the centuries, he saw with prophetic vision the coming of the Lord, and the execution of the final judgments upon the ungodly. Jude 14, 15. CET 238.1 (Christian Experience and Teachings of Ellen G. White)
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En Español aqui:

Esta introducción de la parte de “Los Dones Espirituales” de Primeros Escritos, fue escrita por R. F. Cottrell., páginas 133-144. Aunque tambien encontré un comentario negativo sobre Cottrell, eso no significa que lo escrito por el en Primeros Escritos sea falso.
Lo negativo que encontré dice:
¨Es triste decir que algunos de esos “veteranos” no eran receptivos a la luz creciente de 1888. Esa insistencia en que el mensaje de 1888 no era nueva luz fue la insignia familiar de la oposición de esa época. No mucho después de la asamblea de Minneapolis, R. F. Cottrell escribió un artículo para la Review atacando el mensaje de 1888, preguntando: “¿Dónde está la Nueva Ruptura?” (RH, 22 de Abril de 1890). W. H. Littlejohn igualmente atacó el mensaje con un artículo el 16 de Enero de 1894, intitulado, “Justificación Por la Fe No es Nueva Doctrina”. Ambos dejaron de reconocer lo que estaba aconteciendo en sus días — la iniciación de la lluvia tardía.¨ 1888 RE-EXAMINADO p. 59 (digital).

Ahora aqui va lo escrito en Primeros Escritos:
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Introducción

El don de profecía se manifestó en la iglesia durante la economía judaica. Si bien desapareció por algunos siglos, a causa de la condición corrupta de la iglesia hacia fines de dicha economía, volvió a aparecer para introducir al Mesías. Zacarías, padre de Juan Bautista, “fué lleno del Espíritu Santo, y profetizó.” Simón, hombre justo y devoto que “esperaba la consolación de Israel,” vino al templo impulsado por el Espíritu Santo y profetizó acerca de Jesús que sería “luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel”; y la profetisa Ana “hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.” No hubo profeta mayor que Juan Bautista, quien fué elegido por Dios para presentar a Israel al “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” PE 133.1
La edad cristiana comenzó con el derramamiento del Espíritu Santo, y se manifestó entre los creyentes una gran variedad de dones espirituales. Estos abundaban tanto que Pablo pudo decir a la iglesia de Corinto: “A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho,” a cada miembro de la iglesia, no a cada habitante del mundo. PE 133.2
Desde la gran apostasía, estos dones se han manifestado raras veces; y a esto se debe probablemente que los que profesan el cristianismo suelen creer que se limitaron al tiempo de la iglesia primitiva. Pero ¿no se debió más bien la cesación de los dones a los errores y a la incredulidad de la iglesia? Y cuando el pueblo de Dios vuelva a la fe y a la práctica primitivas, como sucederá con certidumbre gracias a la
proclamación de los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, ¿no volverá a desarrollar los dones la influencia de la “lluvia tardía”? Basándonos en la analogía, podemos esperar que será así. No obstante las apostasías de la edad judaica, ésta se inició y se clausuró con manifestaciones especiales del Espíritu de Dios. Y no sería razonable suponer que la edad cristiana—cuya luz, en comparación con la de la edad anterior, viene a ser como la luz del sol comparada con los rayos débiles de la luna—haya de comenzar en gloria y clausurarse en la obscuridad. Por el hecho de que una obra especial del Espíritu era necesaria para preparar a un pueblo para el primer advenimiento de Cristo, con cuánto mayor motivo debía suceder lo mismo para el segundo; especialmente si se tiene en cuenta que los postreros días habían de ser tiempos de peligros sin precedentes, e iban a presentarse falsos profetas con poder para hacer grandes señales y prodigios, hasta el punto de seducir, si fuese posible, a los mismos escogidos. Pero recurramos a la Biblia. PE 133.3
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”. Marcos 16:15-18. PE 134.1
La traducción de Campbell dice: “Estas potestades milagrosas acompañarán a los creyentes.” Los dones no se habían de limitar a los apóstoles, sino extenderse a los creyentes. ¿Quiénes los tendrán? Los que crean. ¿Cuánto tiempo? No hay límites; la promesa alcanza hasta el último creyente. PE 134.2
Pero se objeta que esta ayuda fué prometida únicamente a los apóstoles y a los que creían por la predicación de ellos; que ellos cumplieron el mandato, establecieron el Evangelio, y que los dones cesaron con aquella generación. Veamos si el gran mandato terminó con aquella generación.Mateo 28:19, 20. “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” PE 135.1
Que la predicación del Evangelio en cumplimiento de este mandato no terminó con la iglesia primitiva, es algo que se desprende de la promesa: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” No dice: Estoy con vosotros, los apóstoles, por doquiera, hasta los confines de la tierra; sino: Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo, o edad. No resulta lícito decir que aquí se quiere hablar de la edad judaica, porque ésta ya había terminado en la cruz. Deduzco, pues, que la predicación y la creencia en el Evangelio primitivo irán siempre acompañadas de la misma ayuda espiritual. El mandato dado a los apóstoles pertenecía a la edad cristiana, y abarcaba toda la extensión de ella. Por consiguiente, los dones se perdieron únicamente por causa de la apostasía, y volverán a vivir con el reavivamiento de la fe y práctica primitivas. PE 135.2
En (1 Corintios 12:28), se nos informa que Dios puso o fijó ciertos dones espirituales en la iglesia. En ausencia de toda prueba bíblica de que haya eliminado o abolido estos dones, debemos concluir que estaban destinados a permanecer. ¿Dónde está la prueba de que fueron abolidos? En el mismo capítulo donde el sábado judío es abolido y el sábado cristiano instituido —en un capítulo de los Hechos del Misterio de Iniquidad y del Hombre de Pecado. Pero el objetante asevera tener una prueba bíblica de que los dones iban a cesar, en el siguiente texto: “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fuí conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor.”. 1 Corintios 13:8-13. PE 135.3
Este pasaje predice la cesación de los dones espirituales, y también de la fe y la esperanza. Pero ¿cuándo iban a cesar? Será cuando venga lo perfecto, cuando ya no veamos como a través de un cristal obscurecido, sino cara a cara. El día perfecto, cuando los justos son hechos perfectos y ven como son vistos, está todavía en el futuro. Es verdad que el hombre de pecado, cuando se hubo desarrollado, puso a un lado “lo que era de niño,” como las profecías, el don de lenguas, el conocimiento, y también la fe, la esperanza y la caridad de los cristianos primitivos. Pero nada hay en nuestro pasaje para demostrar que Dios quiso quitar los dones que había puesto una vez en la iglesia, antes de la consumación de su fe y esperanza, antes que la gloria del estado inmortal eclipsase las manifestaciones más brillantes del poder espiritual y del conocimiento que se hayan visto en el estado mortal. PE 136.1
La objeción basada en (2 Timoteo 3:16), que algunos han presentado con toda gravedad, no merece más que una frase al pasar. Si Pablo, al decir que las Escrituras están destinadas a hacer al hombre de Dios perfecto, cabalmente preparado para toda buena obra, quiso decir que ya nada se escribiría por inspiración, ¿por qué estaba él añadiendo algo a aquellas Escrituras en ese mismo momento? O por lo menos ¿por qué no dejó caer la pluma tan pronto como hubo escrito aquella frase? ¿Y por qué escribió Juan el libro del Apocalipsis, unos treinta años más tarde? Este libro contiene otro pasaje que se cita para probar la abolición de los dones espirituales. PE 136.2
“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”. Apocalipsis 22:18, 19. PE 137.1
Hay quienes, basados en este pasaje, sostienen que Dios, que en diferentes ocasiones y maneras habló en tiempos pasados a los padres mediante los profetas, y al comienzo de la economía evangélica, por Jesús y sus apóstoles, prometió solemnemente aquí que nunca más comunicaría algo al hombre de esta manera. En tal caso, todo lo que se haya profetizado después de escribir aquello debe ser falso. Esto, se dice, cierra el canon de la inspiración. En tal caso, ¿por qué escribió Juan su Evangelio después de regresar de Patmos a Efeso? Al hacerlo ¿añadió a las palabras de la profecía de aquel libro escrito en la isla de Patmos? Se desprende del pasaje que la advertencia contra la añadidura o la substracción no se refiere a la Biblia como la tenemos en el volumen completo, sino al libro del Apocalipsis por separado, como salió de la mano del apóstol. Sin embargo, nadie tiene derecho a añadir o a substraer de cualquier otro libro escrito por la inspiración de Dios. Al escribir el libro del Apocalipsis, ¿añadió Juan algo al libro de la profecía de Daniel? De ninguna manera. Ningún profeta tiene derecho a alterar la Palabra de Dios. Pero las visiones de Juan corroboran las de Daniel y arrojan mucha luz adicional sobre los temas allí introducidos. Concluyo, pues, que el Señor no se impuso la obligación de guardar silencio, sino que sigue teniendo libertad de palabra. Sea siempre el lenguaje de mi corazón: Habla, Señor, mediante quien quieras; tu siervo oye. PE 137.2
De manera que la tentativa de probar por la Escritura que los dones espirituales fueron abolidos, resulta en un fracaso total. Y puesto que las puertas del infierno no han prevalecido contra la iglesia, sino que Dios sigue teniendo un pueblo en la tierra, podemos buscar el desarrollo de los dones en relación con el mensaje del tercer ángel, un mensaje que hará volver a la iglesia al terreno apostólico y la hará verdaderamente la luz—no las tinieblas—del mundo. PE 138.1
Además, se nos ha avisado de antemano que habría falsos profetas en los últimos días, y la Biblia nos presenta una manera de probar sus enseñanzas para distinguir entre lo verdadero y lo falso. La gran prueba es la ley de Dios, que se aplica tanto a las profecías como al carácter moral de los profetas. Si no iban a aparecer profecías verdaderas en los últimos días, ¿no habría sido más fácil declararlo, y así eliminar toda probabilidad de engaño, más bien que dar un método para probarlas, como si hubiese de haber profecías verdaderas así como les habría falsas? PE 138.2
En (Isaías 8:19, 20) se encuentra una profecía dirigida a los espíritus adivinadores, y la ley es presentada como la piedra de toque: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.” ¿Por qué decir “si no dijeren conforme,” si es que no iba a haber ninguna manifestación espiritual verdadera o profecía genuina? Jesús dice: “Guardaos de los falsos profetas… Por sus frutos los conoceréis.”. Mateo 7:15, 16. Esta es una parte del Sermón del Monte, y todos pueden ver que este discurso tiene una aplicación general para la iglesia durante toda la edad evangélica. Los falsos profetas han de conocerse por sus frutos; en otras palabras, por su carácter moral. La única norma por la cual se puede determinar si los frutos son buenos o malos, es la ley de Dios. Así somos llevados a la ley y al testimonio. Los profetas verdaderos no sólo hablarán conforme a esta palabra, sino que vivirán de acuerdo con ella. Al que habla y vive así, no me atrevo a condenarlo. PE 138.3
Siempre ha sido característica de los falsos profetas que vieran visiones de paz, y luego dijeran: “Paz y seguridad,” cuando ha estado por sobrecogerlos la destrucción repentina. Los verdaderos reprenderán siempre audazmente el pecado y darán advertencia con respecto a la ira venidera. PE 139.1
Las profecías que contradicen las sencillas y positivas declaraciones de la Palabra, deben ser rechazadas. Así enseñó nuestro Salvador a sus discípulos cuando les dió advertencias acerca de cómo volvería. Cuando Jesús ascendió al cielo a la vista de sus discípulos, fué declarado explícitamente por los ángeles que ese mismo Jesús vendría así como le habían visto ir al cielo. De ahí que Jesús, al predecir la obra de los falsos profetas de los últimos días, dice: “Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.” Toda profecía verdadera al respecto debe reconocer que vendrá del cielo en forma visible. ¿Por qué no dijo Jesús: En tal caso, rechazad toda profecía, porque no habrá ya verdaderos profetas? PE 139.2
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.”. Efesios 4:11-13. PE 140.1
De un versículo anterior aprendemos que cuando Cristo ascendió al cielo, dió dones a los hombres. Entre esos dones se enumeran: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y doctores o maestros. El objeto por el cual fueron dados era el perfeccionamiento de los santos en la unidad y el conocimiento. Algunos que profesan ser pastores y maestros actualmente sostienen que estos dones cumplieron plenamente su objeto hace unos mil ochocientos años, y que por consiguiente cesaron. ¿Por qué no ponen de lado entonces sus títulos de pastores y maestros? Si el cargo de profeta queda limitado por este texto a la iglesia primitiva, así también debe ser el de evangelista, y todos los demás cargos; pues no se hace distinción entre ellos. PE 140.2
Todos estos dones fueron dados para el perfeccionamiento de los santos en la unidad, el conocimiento y el espíritu. Bajo su influencia, la iglesia primitiva disfrutó por un tiempo de aquella unidad: “La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma.” Y parece que, como consecuencia natural de esta condición de unidad, “con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.”. Hechos 4:31-33. ¡Cuán deseable sería un estado de cosas tal actualmente! Pero la apostasía, con su influencia divisoria y agostadora, manchó la belleza de la hermosa iglesia y la vistió de saco. La división y el desorden fueron el resultado. Nunca hubo tan gran diversidad de fe en la cristiandad como hoy. Si los dones fueron necesarios para conservar la unidad de la iglesia primitiva, ¡con cuánto mayor motivo lo son para restaurar la unidad hoy! Y que es el propósito de Dios restaurar la unidad de la iglesia en los postreros días, queda abundantemente probado por las profecías. Se nos asegura que los centinelas estarán de acuerdo cuando el Señor haga volver a Sion. También que, en el tiempo del fin, los sabios entenderán. Cuando esto se cumpla, habrá unidad de fe entre todos aquellos a quienes Dios tiene por sabios; porque los que entiendan en realidad con corrección, deberán comprender las cosas de la misma manera. PE 140.3
De estas consideraciones y otras parecidas, se desprende que el estado perfecto de la iglesia aquí predicho está todavía en el futuro; por consiguiente estos dones no han realizado todavía su propósito. La carta a los efesios fué escrita en el año 64 de nuestra era, unos dos años antes que Pablo dijera a Timoteo que estaba listo para ser ofrecido, y que se acercaba el tiempo de su partida. Las semillas de la apostasía estaban germinando entonces en la iglesia, pues Pablo había dicho diez años antes, en la segunda carta a los tesalonicenses: “Ya está en acción el misterio de iniquidad.” Estaban por entrar lobos rapaces que no perdonarían el rebaño. La iglesia no estaba entonces en marcha hacia aquella perfección en la unidad que contempla el texto, sino que iba a ser desgarrada por las facciones y enajenada por las divisiones. El apóstol lo sabía; por consiguiente debía mirar más allá de la gran apostasía, hacia la época en que sería reunido el residuo del pueblo de Dios, cuando dijo: “Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe.”. Efesios 4:13. De allí que los dones que fueron otorgados a la iglesia no habían acabado de servirla. PE 141.1
“No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno.”. 1 Tesalonicenses 5:19-21. PE 142.1
En esta epístola el apóstol introduce el tema de la segunda venida del Señor. Luego describe la condición del mundo incrédulo que está diciendo: “Paz y seguridad,” cuando el día del Señor está por sobrecogerlo, y la destrucción repentina va a caer sobre él como ladrón en la noche. Exhorta luego a la iglesia para que, en vista de estas cosas, se mantenga despierta, vele y sea sobria. Entre las exhortaciones que siguen están las palabras que hemos citado: “No apaguéis al Espíritu,” etc. Algunos pueden pensar que estos tres versículos están completamente desprendidos de cualquier otro en cuanto al sentido; pero tienen una relación natural en el orden en que se presentan. La persona que apague el Espíritu se verá inducida a despreciar las profecías, que son fruto legítimo del Espíritu. “Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas.”. Joel 2:28. La expresión: “Examinadlo todo,” se limita al tema del discurso: las profecías, y debemos probar los espíritus por los medios que Dios nos ha dado en su Palabra. Los engaños espirituales y las falsas profecías abundan actualmente; e indudablemente este pasaje tiene una aplicación especial hoy. Pero notemos que el apóstol no dice: Rechazadlo todo; sino: Probadlo todo; retened lo bueno. PE 142.2
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y daré prodigios en el cielo, y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.”. Joel 2:28-32. PE 143.1
Esta profecía de Joel, que habla del derramamiento del Espíritu Santo en los postreros días, no se cumplió del todo al comenzar la economía evangélica. Esto es evidente por la mención de los prodigios en el cielo y en la tierra, que se nota en el pasaje, y que debían ser los precursores del “día grande y espantoso de Jehová.” Aunque hemos tenido las señales, ese día terrible es todavía futuro. Puede llamarse postreros días a toda la economía evangélica, pero es absurdo decir que los postreros días abarcan los 1800 años pasados. Llegan hasta el día del Señor y nos llevan hasta la liberación del residuo del pueblo de Dios: “Porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.” PE 143.2
Este residuo, existente en tiempo de las señales y los prodigios que anuncian el día grande y terrible de Jehová, es sin duda el residuo de la simiente de la mujer que se menciona en (Apocalipsis 12:17): la
última generación de la iglesia en la tierra. “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.” PE 143.3
El resto o residuo de la iglesia evangélica ha de tener los dones. Se le hace la guerra porque guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesucristo. Apocalipsis 12:17. En (Apocalipsis 19:10) se define el testimonio de Jesús como el espíritu de profecía. Dijo el ángel: “Yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús.” En (Apocalipsis 22:9), repite más o menos lo mismo como sigue: “Soy consiervo tuyo,” y “de tus hermanos los profetas.” Comparando un pasaje con otro notamos la fuerza de la expresión: “El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.” Pero el testimonio de Jesús incluye todos los dones de aquel Espíritu. Dice Pablo: “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.”. 1 Corintios 1:4-7. El testimonio de Cristo fué confirmado en la iglesia de Corinto; y ¿cuál fué el resultado? En cuanto a los dones nadie le llevaba la delantera. ¿No estamos, pues, justificados al concluir que cuando el remanente o residuo esté del todo confirmado en el testimonio de Jesús, nadie le llevará la delantera en cuanto a los dones, mientras aguarda la venida de nuestro Señor Jesucristo? PE 144.1

R. F. Cottrell. PE 144

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Pronto un ángel me ordenó que me levantara, y difícilmente puede describirse la escena que vieron mis ojos. Delante de mí había una compañía cuyos cabellos y ropas estaban desgarrados, y cuyos rostros eran el mismo retrato de la desesperación y el horror. Se acercaron a mí y restregaron sus ropas contra las mías. Al mirar mis vestidos, vi que estaban manchados de sangre. Volví a caer como muerta a los pies de mi ángel acompañante. No podía presentar una sola excusa y anhelaba estar lejos de ese lugar santo. El ángel me alzó y dijo: “Este no es tu caso ahora, pero esta escena ha pasado delante de ti para hacerte saber cuál será tu situación si descuidas el declarar a otros lo que el Señor te ha revelado.” Con esta solemne amonestación presente, salí a decir a la gente las palabras de reproche e instrucción que Dios me diera. 2JT 272.2
Los mensajes que me eran dados para diferentes personas los escribía frecuentemente para ellas, haciéndolo en muchos casos en respuesta a su urgente pedido. A medida que mi obra se extendía, esto llegó a ser una parte importante y pesada de mis labores. Antes de la publicación del Testimonio 15 (1868), me habían enviado muchos pedidos de testimonios aquellos a quienes había aconsejado o reprendido; pero me hallaba en un estado de gran agotamiento, por causa de mis pesados trabajos, y rehuía la tarea, especialmente cuando sabía que algunas de esas personas eran muy indignas, y había muy poca esperanza de que las amonestaciones dadas produjesen cambio decidido alguno en ellas. En ese tiempo fuí muy alentada por el siguiente sueño: 2JT 272.3
Una persona me trajo una pieza de tela blanca, y me pidió que cortase de ella vestidos para personas de todos los tamaños y de todas las descripciones de carácter y circunstancias de la vida. Se me dijo que los cortase y los colgase de modo que estuviesen listos para ser hechos cuando los pidiesen. Tenía la impresión de que muchas de aquellas personas para quienes debía cortar vestiduras eran indignas. Pregunté si ésta sería la última pieza de tela que habría de cortar, y se me dijo que no; que tan pronto como se hubiese terminado ésta, habría otras que debería atender. Me sentía desalentada por la cantidad de trabajo que tenía delante de mí, y declaré que había estado dedicada a cortar vestidos para otros durante más de veinte años, que mis trabajos no habían sido apreciados y que no veía que hubiesen logrado mucho beneficio. A la persona que me traía la tela le hablé de una mujer en particular, para la cual me había ordenado cortar un vestido. Declaré que no lo apreciaría, y que regalárselo sería una pérdida de tiempo y de materiales. Era muy pobre, de intelecto inferior, desaseada en sus costumbres, y pronto lo ensuciaría. 2JT 273.1
La persona replicó: “Corta los vestidos. Este es tu deber. La pérdida no es tuya, sino mía. Dios ve no como el hombre ve. El te indica el trabajo que quiere que hagas, y no sabes qué prosperará, si esto o aquello.” 2JT 273.2
Entonces alcé mis manos, callosas por el largo uso de las tijeras, y declaré que no podía menos que rehuir el pensamiento de continuar esa clase de trabajo. La persona volvió a repetir: 2JT 273.3
“Corta los vestidos. No ha llegado todavía el momento de tu relevo.” 2JT 274.1
Con sentimiento de gran fatiga me levanté para emprender mi trabajo. Delante de mí había tijeras nuevas pulidas, que empecé a usar. En seguida me abandonaron mis sentimientos de cansancio y desaliento. Las tijeras parecían cortar casi sin esfuerzo de mi parte, y corté vestido tras vestido con comparativa facilidad. 2JT 274.2
Hay muchos sueños que provienen de las cosas comunes de la vida, con las cuales el Espíritu de Dios no tiene nada que ver. Como hay falsas visiones, hay también falsos sueños, que son inspirados por el espíritu de Satanás. Pero los sueños del Señor están clasificados en la Palabra de Dios con las visiones, y son tan ciertamente los frutos del espíritu de profecía como las visiones. Los tales sueños, teniendo en cuenta a las personas que los tienen, y las circunstancias en las cuales son dados, contienen sus propias pruebas de veracidad. 2JT 274.3
Puesto que la instrucción y amonestación dadas en los testimonios para los casos individuales se aplicaban con igual fuerza a muchos otros que no habían sido señalados especialmente de esta manera, me pareció que era mi deber publicar los testimonios personales para beneficio de la iglesia. En el Testimonio 15, hablando de la necesidad de hacer esto, dije: “No conozco ninguna manera mejor de presentar mis visiones de los peligros y errores generales, así como el deber de todos los que aman a Dios y guardan sus mandamientos, que dando estos testimonios. Tal vez no hay manera más directa y vigorosa de presentar lo que el Señor me ha mostrado.” 2JT 274.4
En una visión que me fué dada el 12 de junio de 1868, me fué mostrado algo que justificaba plenamente mi conducta al publicar los testimonios personales. Cuando el Señor elige casos individuales y especifica sus errores, otros, que no han sido mostrados en visión, suponen frecuentemente que ellos están en lo recto, o casi. Si uno es reprendido por un mal especial, los hermanos y las hermanas deben examinarse cuidadosamente a sí mismos para ver en qué han faltado y en qué han sido culpables del mismo pecado. Deben poseer el espíritu de confesión humilde. Si otros creen que tienen razón, no por esto resulta así. Dios mira el corazón. El está probando las almas de esta manera. Al reprender los males de uno quiere corregir a muchos. Pero si dejan de aceptar el reproche y se lisonjean de que Dios pasa por alto sus errores porque no los señala a ellos especialmente, engañan sus propias almas, y quedarán envueltos en las tinieblas, y serán abandonados a su propio camino, para seguir la imaginación de su propio corazón. 2JT 274.5

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Apéndice
El don de profecía*Los dos capítulos de este apéndice, “El don de profecía,” y “Comprobado por la Palabra.” fueron escritos por los pastores R. W. Munson y D. E. Robinson, en el otoño de 1914.

Porciones de ese apendice de Testimonios Selectos Tomo 1 :

Pero al propio tiempo que las Escrituras predicen esta tremenda apostasía, también enseñan explícitamente que poco antes de la segunda venida de Cristo, serán rescatados muchos de las tinieblas del error y la superstición. Una vez más ha de quedar la tierra iluminada por la gloria de Dios. Han de brillar de nuevo las puras verdades de la Biblia, y en esta época de celestial iluminación que señale la cercanía del fin de la edad, los dones del Espíritu volverán a manifestarse en la verdadera iglesia. “Y será en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; y vuestros mancebos verán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.” Hechos 2:17, 18; Joel 2:28, 29. 1TS 239.5

El don de profecía no está limitado a una época. En el inspirado registro hallamos desde un principio ejemplos de su manifestación. Enoc, el séptimo desde Adán, fué profeta. Previendo el porvenir muchos siglos adelante, vió en profética visión la venida del Señor y la ejecución de los juicios finales sobre los impíos. Judas 14, 15. 1TS 236.1

Salid de Babilonia, pueblo mio!!!

Salid de Babilonia, pueblo mio!!!

Vi que Dios tiene hijos sinceros entre los adventistas nominales y las iglesias caídas, y antes que sean derramadas las plagas, los ministros y la gente serán invitados a salir de esas iglesias y recibirán gustosamente la verdad. Satanás lo sabe; y antes que se dé el fuerte pregón del tercer ángel, despierta excitación en aquellas organizaciones religiosas, a fin de que los que rechazaron la verdad piensen que Dios los acompaña. Satanás espera engañar a los sinceros e inducirlos a creer que Dios sigue obrando en favor de las iglesias. Pero la luz resplandecerá, y todos los que tengan corazón sincero dejarán a las iglesias caídas, y se decidirán por el residuo. PE 261.1

Los siervos de Dios, dotados con el poder del cielo, con sus semblantes iluminados y refulgentes de santa consagración, salieron a proclamar el mensaje celestial. Muchas almas diseminadas entre las congregaciones religiosas respondieron al llamamiento y salieron presurosas de las sentenciadas iglesias, como Lot salió presuroso de Sodoma antes de la destrucción de esa ciudad. Fortalecióse el pueblo de Dios con la excelsa gloria que sobre él reposaba en copiosa abundancia, ayudándole a soportar la hora de la tentación. Oí multitud de voces que por todas partes exclamaban: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” PE 278.2

¡Maranata: El Senor Viene!
El mensaje del segundo ángel, 12 de junio
Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. Apocalipsis 14:8. MSV76 169.1
El mensaje del segundo ángel de Apocalipsis 14 fue proclamado por primera vez en el verano de 1844, y se aplicaba entonces más particularmente a las iglesias de los Estados Unidos de Norteamérica, donde la amonestación del juicio había sido también más ampliamente proclamada y más generalmente rechazada, y donde la decadencia de las iglesias había sido más rápida. Pero el mensaje del segundo ángel no alcanzó su cumplimiento total en 1844. Las iglesias decayeron entonces moralmente por haber rechazado la luz del mensaje del advenimiento; pero esta decadencia no fue completa. A medida que continuaron rechazando las verdades especiales para nuestro tiempo, fueron decayendo más y más. Sin embargo aún no se puede decir: “¡Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación!” Aún no ha dado de beber a todas las naciones.30Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 440. MSV76 169.2
Dios tiene aún un pueblo en Babilonia; y antes que los juicios del cielo la visiten, estos fieles deben ser llamados para que salgan de la ciudad y no tengan parte en sus pecados ni en sus plagas.31Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 662. MSV76 169.3
Este es el mismo mensaje que dio el segundo ángel. Babilonia ha caído “porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”. ¿Qué es este vino? Sus falsas doctrinas. Ha dado al mundo un falso día de reposo en lugar del sábado del cuarto mandamiento, y ha repetido la mentira que Satanás le dijo al principio a Eva en el Edén, es decir, la inmortalidad del alma. Muchos errores semejantes ha esparcido por todas partes, “enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres”. Mateo 15:9… MSV76 169.4
En la última obra de amonestar al mundo, se formulan dos llamados diferentes a las iglesias. El mensaje del segundo ángel es: “Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”. Y en el fuerte clamor del mensaje del tercer ángel se oye una voz del cielo que dice: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades”. Apocalipsis 18:4, 5.32The S.D.A. Bible Commentary 7:985. MSV76 169.5

La Justificación por la fe – una breve explicación

La Justificación por la fe – una breve explicación

No podemos tomar un solo texto, hay que buscar otros lugares para ver lo que Dios está tratando de decirnos.

Romanos 3:20-28 Reina-Valera Antigua (RVA)
20 Porque por las obras de la ley ninguna carne se justificará delante de él; porque por la ley es el conocimiento del pecado.
21 Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas:
22 La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él: porque no hay diferencia;
23 Por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios;
24 Siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús;
25 Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento á haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
26 Con la mira de manifestar su justicia en este tiempo: para que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
27 ¿Dondé pues está la jactancia? Es excluída. ¿Por cuál ley? ¿de las obras? No; mas por la ley de la fe.
28 Así que, concluímos ser el hombre justificado por fe sin las obras de la ley.

Gálatas 3:10 Reina-Valera Antigua (RVA)
10 Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

1 Corintios 1:30 Reina-Valera Antigua (RVA)
30 Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención:

Efesios 2:10 Reina-Valera Antigua (RVA)
10 Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.

Santiago 2:18 Reina-Valera Antigua (RVA)
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras: muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

Filipenses 3:12-14 Reina-Valera Antigua (RVA)
12 No que ya haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si alcanzo aquello para lo cual fuí también alcanzado de Cristo Jesús.
13 Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haber lo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome á lo que está delante,
14 Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.

Hebreos 12:14 Reina-Valera Antigua (RVA)
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:
En conclusión, no son nuestras obras la que nos salvan, son los méritos del Hijo de Dios. Lo que pasa es que la obra de santificación es la voluntad de Dios.

1 Tesalonicenses 4:3 Reina-Valera Antigua (RVA)
3 Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación;

Cristo, sólo Cristo y su justicia, obtendrán para nosotros un pasaporte para el cielo.—Carta 6b, 1890. EUD92 287.1

La justicia exterior da testimonio de la justicia interior. El que es justo por dentro, no muestra un corazón duro ni falta de compasión, sino que día tras día crece a la imagen de Cristo y progresa de fuerza en fuerza. Aquel a quien la verdad santifica tendrá dominio de sí mismo y seguirá en las pisadas de Cristo hasta que la gracia dé lugar a la gloria. La justicia por la cual somos justificados es imputada; la justicia por la cual somos santificados es impartida. La primera es nuestro derecho al cielo; la segunda, nuestra idoneidad para el cielo.—The Review and Herald, 4 de junio de 1895. MJ 26.1

El corazón orgulloso lucha para ganar la salvación; pero tanto nuestro derecho al cielo como nuestra idoneidad para él, se hallan en la justicia de Cristo.—El Deseado de Todas las Gentes, 267 (1898). EUD92 287.2

Viajando por el camino angosto

Notas biográficas de Elena G. de White
Capítulo 30—Viajando por el camino angosto
Mientras estaba en Battle Creek, en agosto de 1868, soñé que estaba con un gran grupo de personas. Una porción de esta asamblea comenzó un viaje. Teníamos carruajes pesadamente cargados. Mientras viajábamos, el camino parecía ascender. A un lado de este camino había un profundo precipicio; del otro lado había un muro blanco, alto y liso, como el que hay en las habitaciones revocadas. NB 210.1
A medida que proseguíamos el viaje, el camino se hacía más angosto y más alto. En algunos lugares parecía tan estrecho que llegamos a la conclusión de que no podíamos viajar más en carros cargados. De manera que soltamos los caballos, tomamos una porción del equipaje de los carros, la colocamos sobre ellos, y proseguimos, cabalgando. NB 210.2
Al continuar, la senda siguió angostándose. Nos vimos obligados a pegarnos lo más cerca posible del muro, para evitar caer del estrecho camino al profundo precipicio. Al hacer esto, el bagaje que estaba sobre los caballos raspaba el muro y hacía que nos ladeáramos hacia el precipicio. Temíamos caer, y ser hechos añicos sobre las rocas. Sacamos entonces el equipaje de encima de los caballos, y éste cayó en el precipicio. Continuamos a caballo y al llegar a los lugares más estrechos en el camino teníamos mucho temor de perder el equilibrio y caer. En tales ocasiones, una mano parecía tomar las riendas y guiarnos por el camino peligroso. NB 210.3
Como la senda se hacía más estrecha aún, decidimos que no podíamos viajar seguros cabalgando; dejamos los caballos y continuamos a pie, de a uno, cada cual siguiendo los pasos del anterior. En este punto parecieron descolgarse unas cuerdas pequeñas del alto muro blanco. Las tomamos con ansiedad, para que nos ayudaran a guardar el equilibrio por la senda. A medida que viajábamos, la cuerda se movía con nosotros. Por fin el sendero se hizo tan angosto que llegamos a la conclusión de que podíamos viajar con más seguridad sin zapatos ni medias. Nos los quitamos y viajamos descalzos. NB 211.1
Entonces pensamos en aquellos que no se habían acostumbrado a soportar privaciones y durezas. ¿Dónde estaban ahora? No se hallaban en el grupo. Cada vez que el camino cambiaba, algunos quedaban atrás, y permanecían solamente los que estaban acostumbrados a soportar vicisitudes. Las privaciones del camino solamente hacían que estas personas estuvieran más ansiosas de proseguir hasta el fin. NB 211.2
Nuestro peligro de caer del sendero aumentaba. Nos pegamos a la pared blanca y sin embargo no podíamos colocar nuestros pies completamente en el sendero, porque era demasiado angosto. Entonces suspendimos todo nuestro peso de las cuerdas exclamando: “¡Nos sostienen desde arriba! ¡Nos sostienen desde arriba!” Las mismas palabras fueron pronunciadas por todos los miembros del grupo que marchaba por el estrecho sendero. Al escuchar el ruido de la alegría y la rebelión que parecía provenir del abismo que estaba debajo, nos estremecíamos. Oíamos juramentos profanos, chistes vulgares y cantos bajos y viles. Oíamos cantos de guerra y cantos de baile. Oíamos instrumentos musicales y risotadas ruidosas, mezcladas con maldiciones y clamores de angustia y de amargo lamento. Entonces aumentaba más que nunca nuestra ansiedad por mantenernos en el estrecho y difícil sendero. Gran parte del tiempo nos veíamos obligados a suspendernos completamente de las cuerdas, que aumentaban en tamaño a medida que progresábamos. NB 211.3
Yo noté que el hermoso y blanco muro estaba manchado de sangre. Producía un sentimiento de lástima ver la pared así manchada. Eete sentimiento sin embargo, duró sólo un momento, pues pronto pensé que todo era como debía ser. Los que seguían detrás sabían que otros habían pasado por la senda estrecha y difícil antes que ellos, y concluían que si a otros les fue posible proseguir su marcha hacia adelante, ellos podrían hacer lo mismo. Y cuando la sangre comenzara a manar de sus doloridos pies, no desmayarían con desánimo; sino que, viendo la sangre sobre la pared, sabrían que otros habían resistido la misma dificultad. NB 212.1
Por fin llegamos a un gran precipicio, en el cual terminaba nuestro camino. No había nada ahora para guiar nuestros pies, nada sobre lo cual dejarlos descansar. Nuestra entera confianza debía estar en las cuerdas, que habían aumentado en tamaño hasta ser tan gruesas como nuestros cuerpos. En este punto nos acosó durante un tiempo la perplejidad y la angustia. Con medrosos susurros inquiríamos: “¿A qué está adherida la cuerda?” Mi esposo estaba precisamente delante de mí. Grandes gotas de sudor caían de su frente; tenía las venas del cuello y de las sienes engrosadas hasta el doble de su tamaño habitual, y gemidos contenidos y agonizantes se escapaban de sus labios. El sudor me chorreaba por la cara y sentí tanta angustia como nunca antes. Estábamos frente a una terrible lucha. Si aquí fracasábamos, todas las dificultades de nuestro viaje habrían sido en vano. NB 212.2
Delante de nosotros, del otro lado del precipicio, se extendía un campo hermoso de pasto verde, de unos 15 cm. de alto. No podía ver el sol, pero rayos de luz brillantes y suaves, que se parecían al oro y la plata finos, descansaban sobre ese campo. Nada que hubiera visto sobre la tierra podía compararse en belleza y gloria con este campo. ¿Pero tendríamos éxito en llegar hasta él? Esta era la ansiosa pregunta. Si la cuerda se rompía, estábamos perdidos. NB 213.1
De nuevo, en susurros de angustia, fueron pronunciadas las palabras: “¿Qué sostiene las cuerdas?” Por un momento dudábamos aventurarnos. Entonces exclamamos: “Nuestra única esperanza es confiar totalmente en la cuerda. De ella hemos dependido en todo este difícil camino. No nos fallará ahora”. Todavía estábamos dudando con angustia. En este momento escuchamos las palabras: “Dios sostiene la cuerda. No debemos temer”. Las palabras eran repetidas por aquellos que estaban detrás de nosotros, y junto con ellas: “El no nos faltará ahora. Hasta aquí nos ha conducido con seguridad”. NB 213.2
Mi esposo entonces se arrojó por encima del terrible abismo hasta el campo hermoso que se veía más allá. Inmediatamente yo lo seguí. ¡Oh, qué sentimiento de alivio y gratitud a Dios experimentamos! Oí voces elevadas en triunfante alabanza a Dios. ¡Yo estaba feliz, perfectamente feliz! NB 213.3